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La religión constituye una de las dimensiones centrales de la existencia humana; más aún, consiste en su dimensión más básica y distintiva. De ahí, la universalidad del fenómeno religioso y la importancia de su estudio. En la presente asignatura se analiza la vida religiosa desde una perspectiva filosófica, es decir, a la luz de la antropología, la ética, la metafísica y otras disciplinas filosóficas (como la historia de la filosofía), teniendo muy en cuenta también las orientaciones de fondo proporcionadas por la fe cristiana.

Introducción a la Filosofía: qué es la filosofía, objeto del saber, etc.


Teología Dogmática: Dios Uno y Trino I

Teología Dogmática: Dios Uno y Trino II

Teología Ecuménica: historia y evolución de las relaciones entre la Iglesia Católica y las demás confesiones cristianas. Principios doctrinales y morales.

Introducción General a la Sagrada Escritura (parte 1ª)

Introducción General a la Sagrada Escritura (parte 2ª)

La vida cristiana, partiendo del Bautismo y la Confirmación —incorporando al misterio de Cristo—, adquiere una dimensión sacramental; en Él, la vida entra en una dinámica de elevación divina de lo humano. Esta reflexión tenderá a fomentar un sentido fuerte del sacerdocio común, en vistas de la participación activa en la dinámica misionera de la Iglesia.

Esta asignatura aspira a situar a los alumnos ante el hecho de la revelación divina, realidad decisiva también para su formación intelectual, de tal manera que comiencen a tener en cuenta las implicaciones, tanto vitales como intelectuales, de la acción salvífica de Dios.

Una parte importante de la asignatura estará dedicada a describir el marco histórico, cultural y religioso en el que ha tenido lugar la acción reveladora divina llegando a su culminación en Cristo. La finalidad de la disciplina consiste en ilustrar a los alumnos acerca del contexto histórico y antropológico en el que se sitúan los relatos bíblicos y en el que Dios actúa por medio de sus intervenciones salvadoras.

En la Patrología se estudia la vida y las obras de los Padres de la Iglesia, que son los testigos privilegiados de la Tradición eclesiástica. Se conocen a los autores que tienen este título, desde los Padres Apostólicos (los que recibieron las enseñanzas directamente de los Apóstoles) hasta el fin de este periodo, con San Isidoro de Sevilla en Occidente (s. VII) y San Juan damasceno en Oriente (s. VIII), pasando por el periodo de los apologistas y el ciclo clásico.